La comunicación estratégica en el ámbito cultural: la magia detrás del telón
Cuando se idea un plan de comunicación estratégico por un acontecimiento cultural, la hora de la verdad no empieza hasta que suena la primera nota o actuación. Las tareas de oficina están hechas: notas de prensa preparadas, entrevistas con medios de comunicación publicadas y horas de documentación apoyan el trabajo hecho, pero es solo el principio.
Eso sí, nada tan emocionante como pasar a la acción. Un evento cultural es especialmente entretenido y agradecido. Organizadores que trabajan con pasión y asistentes que se marchan a casa con una sonrisa a los labios. Pero, el trabajo que hay detrás, pocas veces resulta fácil de imaginar.
Detrás de cada texto, un mensaje para poner en valor un gran trabajo. Detrás de cada acuerdo, preparación, ensayos y varias negociaciones. Del mismo modo que un saxofonista ensaya varias horas en el día para preparar una actuación de 10 minutos, la comunicación estratégica en la cultura también requiere esfuerzo y preparación y más en un contexto como el actual.
La comunicación de este año se ha basado en argumentar con hechos y resultados evidentes la valentía de sacar adelante un festival en vivo, con el esfuerzo organizativo que ha implicado la aplicación de estrictos protocolos COVID más allá de la gran tarea organizativa implícita.
Y como elemento más importante, el trabajo en equipo: la organización, patrocinadores y sponsors y equipo técnico, como la dirección creativa, la dirección audiovisual y el equipo de fotografía. Como un engranaje, todo tiene que funcionar de forma sincronizada para ofrecer la mejor de las experiencias a músicos y audiencia.
Pampliega & Asociados ha sido el responsable de prensa y relaciones institucionales del certamen internacional de saxo Andorra Sax Fest, en la edición de este año. Hemos podido vivir desde atrás del telón la intensidad, la emoción y la ilusión que se desprende cuando los jóvenes talentos de todo el mundo se desplazan hasta Andorra para demostrar al jurado, grandes nombres del saxo a quien tienen gran admiración, que merecen una plaza a la siguiente ronda.
Hemos visto desde primera fila el esfuerzo creativo y logístico para poder hacer uno de los principales festivales del saxo del mundo y poderlo retransmitir en directo con miles de seguidores en vivo, que pueden experimentar la calidad y el talento de los músicos desde el sofá de su casa en Madrid, Roma o Tokyo, con más de 100.000 visualizaciones de la edición de este año.
También hemos vivido como contar con el apoyo de los patrocinadores y colaboradores, tanto públicos como privados, que han permitido que se celebre en Andorra el primer festival presencial del mundo del saxo después del inicio de la pandemia. Gracias a su colaboración, el festival ha ido creciendo año tras año y consolidarse como un referente cultural y académico.
Participar en un concurso como el Sax Fest no es solo una oportunidad de oro por los saxofonistas por el hecho de poder tocar ante sus referentes y tener espectadores a cada rincón del mundo. También lo es por el impacto mediático que tiene este certamen en nuestro país y más allá de nuestras fronteras. ¿Os imagináis qué supone por un joven estudiando de saxo, que practica más de siete horas cada día, poder tener visibilidad y ser reconocido por su pasión
Mikhail Kazakov, el ganador de la edición de este año, nos comentó después de la entrega de premios que llevaba dos años preparando este concurso y que el hecho de haberlo ganado le daría un gran impulso a su carrera. El joven saxofonista ruso explicaba que lo más importante por él, en un momento de euforia y con el trofeo todavía en la mano, era dar las gracias a la organización por crear, desarrollar y hacer crecer este proyecto durante tantos años. La música, y en general la cultura, necesita un fuerte impulso que apoye a los jóvenes talentos y permita llenar de luz y color tiempos como el actual.
Andorra se ha convertido durante 10 días en la capital mundial del saxo. Centenares de saxofonistas y sus acompañantes han podido conocer el Principado y disfrutar de uno entorno de calidad en un momento en el que el turismo está muy restringido. Y, si una frase se ha escuchado en los pasillos y entre bambalinas ha sido “espero poder volver el año que viene en Andorra y volver a participar al concurso”.
Esto esperamos nosotros, también.